Durante uno de sus muchos viajes por Tartalia en busca de material para su libro sobre el mundo, Gilt, un joven Oweeh, descubrió entre la vegetación una antigua estructura futurista en ruinas. Se trataba de un vestigio de otra era, de un tiempo ya olvidado. A diferencia de la mayoría de los de su raza, Gilt no destacaba por su fuerza ni por su destreza en combate, pero su intelecto era superior y su curiosidad, insaciable.
Guiado por su ingenio, logró descifrar fragmentos de documentos que aún yacían en aquel lugar, deteriorados por el paso del tiempo y las catástrofes que asolaban constantemente la isla. A medida que reconstruía la información, fue llegando a una conclusión asombrosa: su propia raza era el resultado de un experimento humano, una adaptación creada para sobrevivir en un entorno hostil. Los Oweeh no eran otra cosa que una evolución de la humanidad.
Exaltado por su descubrimiento, Gilt recogió sus instrumentos y libros de estudio con la intención de regresar a su aldea y compartir su hallazgo. Se imaginaba ya como un genio, reconocido en los reinos humanos, trabajando codo a codo con grandes mentes.
Sin embargo, antes de que pudiera dar un paso más, una brecha dimensional se abrió repentinamente en Tartalia. De su interior emergió una criatura abominable, envuelta en un aura de muerte. Con un movimiento veloz, la bestia atrapó la pierna de Gilt entre sus mandíbulas, arrancándole un grito desgarrador.
Los guerreros de las tribus vecinas acudieron rápidamente y, tras un feroz combate, lograron abatir a la criatura. Pero para Gilt ya era demasiado tarde. Su vida se extinguió en aquel mismo lugar, llevándose consigo el significado de sus descubrimientos. Sus libros, incomprensibles para cualquiera en la isla, quedaron almacenados en la sala de tesoros de una tribu, sin que nadie jamás llegara a conocer la verdad sobre su especie.
Esa noche, su tribu celebró un ritual funerario con los restos que pudieron recuperar. Al son de los tambores tradicionales, recordaron a Gilt… no como un visionario ni como un sabio, sino como el Oweeh más débil y patético de todos.